Primero, las fiestas ya no son llamadas fiestas ni hechas como las tradicionales tradicionales. Las fiestas son los cumpleaños de niños de 8 años con payasitos, dulce de vainilla con un icing en forma de carita feliz, tema didáctico de Transformers o La casa de Mickey Mouse y un castillo inflable. Las RUMBAS, PARKINS, ARRANQUES y PONCHERAS son las que "le meten terror" a la comunidad.
Segundo, cuando tienes un buen grupo de gente que sabes que van a hacer que la noche sea inolvidable, party hard, emocionante, loca y, básicamente, repetible una y otra vez (por el resto de tu vida, amén), sabes que amarás las fiestas por siempre. No importa (si eres mujer) si viene un tipo ebrio y quiere "bailar" contigo o si te derraman: cerveza, vodka, ron o vino en tu vestido recién comprado. No importa que no tengas ride a último minuto, tu vas "pa' lante", no importa cómo, ni cuánto, tienes que llegar a la rumba de la noche porque si te la pierdes sabes que te vas a arrepentir.
Tercero. A veces crear memorias es lo único que significa ir de rumba. Rumba no quiere decir que vas a ir a una discoteca que tenga open bar, te vas a emborrachar, bailarás con cualquier extraño y luego te irás con el/ella a su casa (eso pasa en las novelas y shows de TV, no a todo el mundo). Las rumbas son, en realidad, cualquier evento (así sea el cumpleaños número 77 de tu abuelita Pipa) en dónde esté la gente que hace que todo valga la pena. No es sobre la comida (bueno, en verdad si es sobre la comida. Amo la comida), las bebidas, el motivo de la rumba, la planificación, las invitaciones, ni siquiera es sobre la música. Es sobre las personas que están ahí, contigo, bajo el mismo cielo, respirando el mismo aire, viviendo al mismo tiempo que tú (oh, qué poético).
Las mejores parrandas que he tenido son las que me han llamado mis mejores amigas de la gran nada porque con ellas puedo bailar como me de la gana, gritar cuanto mis pulmones resistan, reír hasta tener six-packs y ser una loca. Lo increíbles de los arranques espontáneos es que nunca sabes a dónde vas a llegar, ni con quién te vas a encontrar (puede que te encuentres a tu ex novia loca o a tu mejor amigo de la infancia con quien incendiaste el techo de la cocina) y saber que, no importa lo que haya pasado antes, no importa si tuviste un mal día o si estás estresado por algo futuro, sabes que en ese instante todo está bien y todo estará bien porque aún existen estos pequeños pero grandes momentos de simple felicidad. Es simple existencia.
Las rumbas, en esencia, son los tiempos en los que vives el presente.
Así es que si eres de esas personas que no entienden cómo alguien puede estar siempre de fiesta es porque, seguramente, nunca te has dado la oportunidad de dejarte llevar por tus amigos a alguna discoteca, cine, parque, salón de belleza, supermercado, playa, río, salón de baile, calle, casa, apartamento, área social, oficina... (you get the point) Una fiesta puede estar esperándote en cualquier lado. Mejor aún, tu puedes ser la fiesta.
¡Anímate! Te reto a llamar a tus amigos en este preciso momento he invitarlos a tu casa. Compra comida (esa es importante, porque las personas son amigos, no comida), saca tus viejos juegos de mesa (especialmente el Twister. BEST. GAME. EVER.) y ¡relájate! Pon música y empieza a bailar like you just don't care . La vida no es todo trabajo y responsabilidades.¡La vida es una fiesta!
Y tú, mi querido amigo, estás cordialmente invitado.
Love y'all
Diana
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