28 de octubre de 2014

16. "AND THAT'S HOW THE STORY GOES..." (Love, Lust, Faith + Dreams Tour en Panamá)

¿Podemos por favor tomarnos unos minutos de silencio para asimilar el hecho de que Tomo Milicevic, Shannon Leto y claro, el “yeezus” Jared Leto, estuvieron el sábado y el domingo en las hermosas tierras de Panamá? Mejor aún, ¿podemos ir atrás en el tiempo, al momento en que cantaron Up in the Air, Kings and Queen, City of Angels y la más increíble e inspiradora canción que he escuchado, Closer to the Edge (realmente sol el sonido de todas sus canciones hacen que se te erizen los cabellos) y detener el tiempo por siempre? ¿Es eso mucho pedir?
Ahorita estoy teniendo una “depresión post traumática” leve,  sentada en una silla, frente a mi computadora, sin saber por dónde comenzar a contarles el maravilloso viaje que tuvimos que hacer para llegar a ver a la banda, extrañando cada onza de adrenalina y endorfinas en mi sangre durante todo el concierto. No sé ni por dónde empezar a describir lo increíble que fue todo, aún no puedo creer que parecía como una película. No podía parar de sonreír. Fue el mejor show al que he ido en toda mi vida y eso que no me subieron al escenario. Las chicas y chicos que si se subieron no debieron haber dormido en toda la noche. Debieron haber estado mirando el techo con una gran sonrisa y lágrimas de felicidad en su cara toda la noche. Yo si me dormí de inmediato. Igual no podía creer que vendrían a Panamá, no podía creerlo aún en el concierto y ciertamente no puedo creerlo ahora.
Todo comenzó un sábado 25 de octubre (el día anterior) cuando compramos los boletos a las 5 y algo de la tarde (los compramos un día antes por si acaso cancelaban). ¡Fueron los mejores 60 dólares gastados de mi vida (I REGRET NOTHING!) Y entonces todo pasó muy tranquilo hasta el día siguiente, a veces hasta se me olvidaba que en menos de 24 horas estaríamos viendo a Jared Leto (new geezus) cantar a todo pulmón con el corazón en la garganta a tan solo unos 30 metros de nosotras. Y llegó el domingo, seguía sin creerlo y, por eso, seguía en estado neutral. Ni una pizca de emoción o nervios o nada.
Cuando íbamos saliendo de nuestra casa comenzó a llover porque adivinen qué: ¡Esto es Panamá! Y el clima es una trampa mortal. Así que esperamos un poco a que escampara. Cenamos, vimos televisión y dieron las seis y media y yo dije “¡No voy a esperar más! Igual va a seguir lloviendo”) Entonces  recapacitamos, entramos en razón y aceptamos nuestro triste destino: mojadera tipo carnavales en pleno octubre (totally worth it. Había que verle el lado positivo, era mejor mojarse ahora que la lluvia no es ácida)
Llegamos al Figali Convention Center y, como no solo yo soy la salada en mi familia, nos bajamos en la puerta del Figali, bajo techo, y pensamos en que no íbamos a necesitar capotes. Nuestros padres nos dejaron, los capotes se fueron en el carro con ellos y dos segundos después el señor de la puerta nos dijo que era “más allá” (ergo bajo la lluvia). Comenzamos a caminar y nos metimos por una puertita, viendo a lo lejos las luces y escuchando la música de “Llevarte a Marte” (porque era el Pixbae Rock Fest. Había muchas bandas de rock). De nuevo un guardia salió de la nada y nos dijo que era “más allá”. Ya estábamos empapadas, chorreando agua, so unos metros más allá no haría gran diferencia.
“Unos metros más allá” fueron como tres cuadras bajo la lluvia, cada vez más fuerte. Llegamos y los vendedores ambulantes gritando en mi cara “¡poncho, poncho, paraguas, poncho!” y yo en mi cabeza pensando “¿En serio amigo? ¿No ves que YA estoy mojada?”
Finalmente llegamos al concierto y no había casi nadie. Esto fue un gran shock, pero mejor para nosotras. Menos gente, más posibilidades de estar cerca del escenario. Esto de verdad que no era posible, no podía creer que siendo 30 Seconds to Mars hubiera solo unas 300 personas (quizás menos).
Llevarte a Marte estuvo buenísimo, presentaron a su nuevo integrante. Yo nunca había escuchado nada de Llevarte a Marte (y me disculpo si hay algún fan de ellos leyendo), pero me parecieron geniales. Ahora me encantan y quiero seguir escuchándolos. Yo no sabía qué o quiénes estaban tocando solo que eran talento panameño así que yo saltaba y gritaba y bailaba. Mi hermana si sabía así que ella estaba en su ambiente, yo parecía misma loca.
Luego vinieron los Rabanes, también parecía desquiciada, todos podían notar que no sabía ninguna de las canciones, pero que al menos lo intentaba (you can’t blame a girl for trying), solo que esta vez mi hermana también lo intentaba. ¡Hay que apoyar al talento nacional! ¡Vamos Panamá! (Las críticas en la radio no fueron tan positivas para los Rabanes, pero como yo no sé nada sobre ellos, no tengo derecho a opinar. Igual no sé si lo hicieron bien o mal ¿Qué te pareció a ti?). Había algunas personas que cantaban toda la canción y luego no aplaudían y yo con cara de “no sé qué están hablando” y aplaudía como si no hubiera un mañana. I just don’t care anymore.
Terminaron los Rabanes, nos hicieron esperar centenarios para 30STM y finalmente, el “TAN TAN TAN TAN” tecno de  “Up in the Air” sonó, el show de luces que estaba “PASADÍSIMO, LOCURA TOTAL” (literal te podía dar una epilepsia visual por tantas luces en movimiento. Ellos sí prometieron un show de luces y cumplieron. ¡Good job guys!) Salieron los tres integrantes de la banda y el público gritó como si nunca antes hubieran gritado, saltaron, rieron, lloraron (bueno yo lloré, es que me pega fuerte la adrenalina) y cantaron hasta quedarse sin voz. Algunos “fans bien fans” salían de la nada y hacían el símbolo de su banda que es como un triángulo con una raya horizontal en el medio (yo lo iba a hacer pero luego me sentí en un culto y me asusté. No estoy juzgando).
Tocaron Up in the Air, City of Angels, The Kill, Kings and Queens, This is War, Conquistador, Bright Lights, Do or Die, End of All Days, Convergence, Search and Destroy y Closer to the Edge (no necesariamente en ese orden y tampoco recuerdo si son todas, si me faltó alguna coméntala abajo)

Up in the Air fue la perfecta canción para empezar el concierto por el efecto que tiene al principio, emocionante, indescriptible como si viniera algo increíble. En la mitad del show soltaron globos gigantes de colores (mira el video abajo) y confeti y todo parecía como un sueño hecho realidad. Jared se tomó el tiempo para comentar al público sobre su recorrido por Panamá, por el Casco Antiguo, por la Cinta Costera. Dijo que le había gustado y que estaba muy agradecido por el maravilloso recibimiento que habían tenido “Gracias por venir a este primer concierto y les puedo prometer que este no será el último. Definitivamente volveremos, Panamá está en la lista. Es un increíble y bello lugar. Muchas gracias por venir aún con la lluvia. La próxima vez lo hacemos adentro (FCC) o tal vez en la playa o en el Casco Antiguo. Eso sería genial". Todavía paso el concierto en mi cabeza como una película, una y otra vez.

Y, para acabar, Closer to the Edge era la única opción que tenían para el final, era la más esperada y la canción himno de la juventud libre, del sueño de un mundo libre y de no tener miedo a cometer errores y vivir la vida sin límites ni fronteras.

“Thank you so-muchas gracias, Panamá” –30 Seconds To Mars, Pixbae Rock Fest, Panamá 2014.


Love y'all


Diana 

P.d. pondré videos del concierto en la página oficial de Facebook de Versión Urbana (https://www.facebook.com/blogversionurbana). ¡Ve a verlos!
 

¡No No No No! ¡I will never forget! ¡No No! ¡I will never regret! ¡No no! ¡I will live my life! ¡Closer to the EDGE!




21 de octubre de 2014

15. Esa primera cita...

Por definición, cita significa "día, hora y lugar para encontrarse dos o más personas". Hay muchas clases de citas como cuando haces una cita con el doctor o una cita para hablar con el profesor al que tu hijo le gritó algunas cosas no tan agradables.  Y todas están bien, ninguna de esas significa un daño psicológico potencial... excepto la cita romántica. Ninguna otra cita tiene la habilidad de causar tal caos y descontrol dentro de tu cabeza y estómago como la primera cita, no importa si eres hombre o mujer.

Todos sabemos lo que una primera cita significa: "es ahora o nunca". Una primera cita puede ser el comienzo de un gran futuro o la única cosa que tendrás en común con esa persona el resto de tu vida. Todos queremos que la primera cita sea como en las películas. El chico invita a la chica, van a cenar, resulta que el hombre es multimillonario y tu eres modelo de la revista Sport Illustrated, antes de que se acabe la velada se miran a los ojos, se dan cuenta de que es el destino y que deben pasar el resto de sus vidas juntos.


El peor lugar para conocer gente es la discoteca o el bar, todos están ebrios, incluyéndote. No hay un lugar específico dónde conocer al amor de tu vida, quizás en el parque o la escuela. Quizás en el cumpleaños de tu mejor amiga o en la organización en la que eres voluntario. Las posibilidades son infinitas. Encontrarse es la parte sencilla porque no hay presión, no sabías que sucedería. Salir juntos en una primera cita es: Un. Dolor. De. Cabeza. Primero porque realmente podrías estar saliendo con una asesina en serie y, segundo, porque podrías estar saliendo con un violador en serie... who knows, tal vez sí es multimillonario o modelo. 



Antes de la primera cita todo es lindo, ponys y arcoiris por todos lados.  Te gusta la chica, le hablas, se llevan bien, te das cuenta de que le gustas a ella también y entonces comienza el reloj mental a  hacer la cuenta regresiva en tu cabeza. Sabes que se tendrá que ir en algún momento, probablemente nunca la volverás a ver a menos que le pidas su número de teléfono y entonces, a pesar de que tienes la impresión de que ella está interesada en ti, demoras hasta el último milisegundo en decirle un simple y elegante "Puedo invitarte a salir algún día?" o "¿Me das tu número? Quisiera seguir conversando contigo", pero noooo, lo que te sale es un vulgar "hey mami, dame tu whatsapp. Tu tas wena" y, por alguna razón inexplicable, accede. Entonces empiezan los nervios a contruirse en el estómago de las dos personas. "¿A dónde voy a llevarla? A cenar o al cine. Tal vez quiera ir al billar con mis amigos, no creo que le moleste" (Don't do that, just don't) Y nosotras: "¡OMG tengo una cita! ¿Qué me voy a poner? ¿Cómo me voy a maquillar? ¿Peinado suelto o recogido? ¿Flats o tacones? ¿Aretes, pulseras, collares, clutch, lipstick, mascara, perfume?" ¡Qué estrés!

Pero todo está bien unas 24 horas después de haberla invitado y pasan toda la semana felices de la vida. Tres de cuatro noches se quedan despiertos hasta las 3 de la mañana, viendo el techo, pero el insomnio no tiene razón aparente para ustedes. Uno que otro "Hola, ¿qué tal?" en chat. (Pueden creer que el chat es el correo electrónico, teléfono, correo postal, telegrama, mensajes por paloma, señales de humo y las pinturas rupestres. ¡Así es como se pedían citas antes!)  Siempre viendo el celular por la respuesta del otro y luego dejándolos esperando por media hora para que pareciera que tienes otras cosas que hacer porque eres muy importante. Llegó el sábado y te acordaste de tu cita a las 6 y algo de la tarde, en el sillón, comiendo pizza y viendo Frozen en pijama. Entras en pánico y todo es caos. No tienes idea de lo que estás haciendo y de pronto, ya no te preocupa nada. Te dices a ti misma que solo es una salida de dos personas conociéndose, nada por qué tener miedo.

A las 8 pm están listos (de milagro) esperando la mesa en el restaurante que parece súper extra caro pero que en realidad solo tiene una linda decoración con una cantidad absurda de velas (y eso te hace buscar con la mirada todas las salidas, en caso de incendio). Ambos se miran de reojo y cuando se dan cuenta quitan la vista rápidamente y fingen observar el interesante techo de madera. Entonces la anfitriona los lleva a su mesa, al lado del baño o, si tienen suerte, al lado de la cocina o una pareja con 18 niños desquiciados. Él ordena el vino más caro que tengan y tu dices "No, yo solo quiero agua" cuando el waiter llega con una sonrisa en su cara a punto de servirte el vino. Con tu negación haces que te odie y la cita esta oficialmente maldecida por el resto de la velada.

¡Ohhhh Dios mio! Tantas luces, tantos ruidos. No puedes pensar. solo quieres entretenerla pero no puedes porque ella está ahí mirando a todas partes y no sabes si le gustará tus chistes o si hablarás mucho de ti mismo. "Tal vez ni siquiera debería decir la verdad. mejor le contaré la historia de cuando fui a las Cataratas del Niágara y me tiré de bonji jumping y cómo sobreviví a un coma por 18 meses... O la vez que luché contra tiburones en la Riviera Francesa y fui James Bond en la última película que sacaron. También podría contarle sobre mis tres jets privados y mi casa en el Triángulo de las Bermudas y lo difícil que es encontrarla. Sí, eso debe impresionarla. Seguro tendremos una segunda cita".


"Este hombre solo me mira con cara de loco, pareciera que quisiera quitarme la ropa aquí y ahora. No se si llamar a la policía o al hospital psiquiátrico. ¿Por qué accedí a venir con este tipo? Ni siquiera es tan lindo. Debió ser que estaba muy oscuro o muy ebria cuando lo conocí. ¡Wao! ¿Qué más habré hecho ese día? No recuerdo nada.  ¿Me pongo los tacones negros o los rosados para la reunión de mañana? ¿Qué estará haciendo Puki? Espero que no se coma los cojines del sofá otra vez, esa perra tiene problemas. ¿Dejé la estufa prendida? Esa sería una buena excusa para irme... Debería usarla. No, no, no, está hablando de sus jets privados. ¿En serio? ¿Qué crees? ¿Que tengo 5 años y soy fácil de impresionar? Trágame tierra y escúpeme en mi cama, con "Cuando Harry conoció a Sally" en Netflix y una bolsa de popcorn. Este tipo no tiene una segunda oportunidad".

No hay muchos temas de conversación, el sábado pasado que se conocieron todo era risas, miradas coquetas y atrevidas, cocteles, música y baile. Ahora, solo eran dos personas incómodas en un lugar público. Hasta el gato en el estacionamiento sentía la tensión. Se pusieron a "ver" el menú, con el libro enorme cubriendo sus caras, se asomaban un poquito para espiarse uno al otro de vez en cuando, asegurándose que ninguno de los dos haya huido. Llegó el mesero resentido a tomar la orden con su cara de "les voy a escupir toda la comida, se los puedo asegurar" y se encontraron con que después de 20 minutos de ver el menú no tenían idea de que había en el y terminaron pidiendo hamburguesa y macarrones con salsa y pollo (porque así es la vida).

Hamburguesa y macarrones en una primera cita es peor a que te torturen debajo del agua con un millón de medusas electrocutándote. Si quieres arruinar todas su posibilidades de lucir decente, ordena un plato grande de una de esas dos. A menos que la otra persona está verdaderamente interesada en ti, eso debe ahuyentarla inmediatamente, esta comprobado. 


Tratas de ser delicada comiendo una hamburguesa de 4 pulgadas de alto, pero ¿Qué creen? Eso es imposible. Cuando comes una hamburguesa, vuelves a tus orígenes cavernícolas, lo quieras o no. Tratas de comer los fideos, todo va bien, bajo control. Tu madre te enseñó a tener modales. Tomas el tenedor, tomas la cuchara, giras, giras, levantas y comes. Pero en un momento te excediste con la cantidad que llevaba el tenedor y te lo metiste todo a la boca, te embadurnaste hasta los párpados con salsa y terminaste pareciendo una ardilla con alergia guardando nueces en su boca para el invierno.

La traumatizante experiencia termina, no han dicho nada relevante en toda la noche. Te levantas para ir al tocador, tu falda se atasca a la silla, tropiezas, sueltas tu bolso, se cae al suelo, se abre y entonces todos ven el preciado secreto que llevas ahí dentro: un monedero de Hello Kitty, tu amuleto de buena suerte desde que tenías 5 años. Piensas "esta noche no podría ser peor" y se te rompe el tacón, te viras el pie y gritas todas las malas palabras que te sabes.

Llega la hora de terminar, los dos salen frustrados. Hablan un poco en el carro sobre el clima "Parece que va a llover..." y ambos quieren pegarse un tiro. Llegan a la casa de ella y es un dilema completamente nuevo. ¿Deberías apagar el carro, bajarte y llevarla hasta la puerta? ¿Deberías dejarla ahí e irte? ¿La besas? ¿No?  ¿Qué se supone que uno hace en la primera cita? La hora de la despedida llegó, estás listo para recompensar la locura de noche que tuvieron, quieres decirle algo lindo para que no se vaya pensando que eres un total idiota y en ese momento, ella se baja del carro, se te olvida todo lo que ibas a decir y en cambio un "chao" sale obligado y metes hasta el fondo el acelerador. La ves en el retrovisor, parada ahí, atónita y de pronto un chaparrón cae sobre ella.  Estás seguro que no va a haber una segunda cita.

Las primeras citas son experiencias traumáticas, no puedes negarlo. Incluso cuando sale mal pero deciden darse otra oportunidad siempre recordarán esa pésima primera cita. Es divertido porque es un recuerdo gracioso, pero para los que no tienen segundas oportunidades puede ser el fin de su vida amorosa.


Yo he tenido tres primeras citas en mi vida y, la verdad, han sido únicas. Todas malas, todas tristes historias de tragicomedia dónde yo, porque soy Diana y soy torpe, me he caído, tropezado y me he avergonzado públicamente más veces de las que puedo contar. Por suerte no me estrellé contra una puerta de vidrio en ninguna de esas o me quedé encerrada en un elevador funcionando perfectamente... pero ha sucedido antes. No comí macarrones o hamburguesa porque no me llevaron a comer (pero puedo imaginar qué hubiera sucedido). Nunca me puse tacones porque sabía que hasta estando parada sin moverme me puedo tropezar y caer. Y he dicho más estupideces y cosas sin sentido en una noche que en toda mi vida... Amo las primeras citas, sacan lo mejor de ti.



Algunas personas son extremadamente afortunadas porque nunca han salido en una primera cita. Aún no han pasado por ese trauma que viene en paquete con algo llamado "vivir", pero ¿Cómo pasa eso? Simple: cuando te enamoras de tu mejor amigo/amiga. Y la mayoría de las veces eso es porque pasas mucho tiempo con esa persona, se entienden, se quieren, blah blah blah... Entonces se conocen tan bien que no es necesario salir juntos para conocerse (ese es el objetivo de las citas), simplemente ahora, en vez de solo soportarse, se soportan y se pueden besar...



Y no me hagan empezar a hablar sobre el estrés de ir al cine con un extraño en tu primera cita. ¿¡Qué rayos esperas que haga si pones tu mano en el posa brazos si ni siquiera te conozco?! Todo lo que hemos hecho es sentarnos en silencio uno al lado del otro. ¡No te voy a dar la mano! No se qué habrás tocado antes de venir acá. ¡Y esta película de apocalípsis zombie/comedia romántica me tiene a punto de vomitar!



Una perfecta primera cita sería, en mi opinión, algo simple. Un partido de baseball de niños de segundo grado (porque son adorables. Si tuviera un hermanito en segundo grado esto tendría sentido y no sería creepy) o un picnic. Al aire libre. Sin presión, sin complicaciones.



Love y'all



Diana


"Las mejores cosas en la vida no son cosas"


17 de octubre de 2014

14. HASTA QUE SALGA EL SOL

La sociedad tiene la mente cerrada y la vista nublada. Muchos tiemblan al escuchar una conversación que empiece con "Hey, vamos a "Casco" mañana?" Muchos piensan que las personas que se van de fiesta día tras día tras día o todos los fines de semana (esos son los menos hardcore) son, sin ninguna duda, vagos sin trabajo, estudios, dinero, futuro, vida propia, irresponsables o malcriados. Muchos piensan que saben hasta de qué se van a morir cada uno de ellos. Sí, entiendo que hay muchos locos en la calle, que es peligroso, que tal vez amanezcamos en una zanja en quién sabe dónde, pero ¿por qué son tan haters? No tengo la menor idea. Lo que si sé es que yo amo las fiestas y aquí les voy a explicar por qué.

Primero, las fiestas ya no son llamadas fiestas ni hechas como las tradicionales tradicionales. Las fiestas son los cumpleaños de niños de 8 años con payasitos, dulce de vainilla con un icing en forma de carita feliz, tema didáctico de Transformers o La casa de Mickey Mouse y un castillo inflable. Las RUMBAS, PARKINS, ARRANQUES y PONCHERAS son las que "le meten terror" a la comunidad.

Segundo, cuando tienes un buen grupo de gente que sabes que van a hacer que la noche sea inolvidable, party hard, emocionante, loca y, básicamente, repetible una y otra vez (por el resto de tu vida, amén), sabes que amarás las fiestas por siempre. No importa (si eres mujer) si viene un tipo ebrio y quiere "bailar" contigo o si te derraman: cerveza, vodka, ron o vino en tu vestido recién comprado. No importa que no tengas ride a último minuto, tu vas "pa' lante", no importa cómo, ni cuánto, tienes que llegar a la rumba de la noche porque si te la pierdes sabes que te vas a arrepentir.

Tercero.  A veces crear memorias es lo único que significa ir de rumba. Rumba no quiere decir que vas a ir a una discoteca que tenga open bar, te vas a emborrachar, bailarás con cualquier extraño y luego te irás con el/ella a su casa (eso pasa en las novelas y shows de TV, no a todo el mundo). Las rumbas son, en realidad, cualquier evento (así sea el cumpleaños número 77 de tu abuelita Pipa) en dónde esté la gente que hace que todo valga la pena. No es sobre la comida (bueno, en verdad si es sobre la comida. Amo la comida), las bebidas, el motivo de la rumba, la planificación, las invitaciones, ni siquiera es sobre la música. Es sobre las personas que están ahí, contigo, bajo el mismo cielo, respirando el mismo aire, viviendo al mismo tiempo que tú (oh, qué poético).

Las mejores parrandas que he tenido son las que me han llamado mis mejores amigas de la gran nada porque con ellas puedo bailar como me de la gana, gritar cuanto mis pulmones resistan, reír hasta tener six-packs y ser una loca. Lo increíbles de los arranques espontáneos es que nunca sabes a dónde vas a llegar, ni con quién te vas a encontrar (puede que te encuentres a tu ex novia loca o a tu mejor amigo de la infancia con quien incendiaste el techo de la cocina) y saber que, no importa lo que haya pasado antes, no importa si tuviste un mal día o si estás estresado por algo futuro, sabes que en ese instante todo está bien y todo estará bien porque aún existen estos pequeños pero grandes momentos de simple felicidad. Es simple existencia.

Las rumbas, en esencia, son los tiempos en los que vives el presente.

Así es que si eres de esas personas que no entienden cómo alguien puede estar siempre de fiesta es porque, seguramente, nunca te has dado la oportunidad de dejarte llevar por tus amigos a alguna discoteca, cine, parque, salón de belleza, supermercado, playa, río, salón de baile, calle, casa, apartamento, área social, oficina... (you get the point) Una fiesta puede estar esperándote en cualquier lado. Mejor aún, tu puedes ser la fiesta.

¡Anímate! Te reto a llamar a tus amigos en este preciso momento he invitarlos a tu casa. Compra comida (esa es importante, porque las personas son amigos, no comida), saca tus viejos juegos de mesa (especialmente el Twister. BEST. GAME. EVER.) y ¡relájate! Pon música y empieza a bailar like you just don't care . La vida no es todo trabajo y responsabilidades.¡La vida es una fiesta!

Y tú, mi querido amigo, estás cordialmente invitado.

Love y'all

Diana





14 de octubre de 2014

13. 15 Cosas que Aprendí en la Escuela

Tengo que advertir que si no tienes sentido del humor y no te tomas las cosas relax no deberías leer esto.
Also, estas no son las únicas cosas que aprendí en la escuela, pero son las más realistas.

En Facebook vi fotos de un muchacho que invitó a una chica al baile de graduación. El show que montó en quién sabe qué tiempo superó el que me hicieron a mi. ¡A ella le escribieron su nombre Y apellido para que supiera que era con ella la cosa! Yo, cuando me pidieron ir al "prom", estuve muy perdida por bastantes minutos hasta que mi amiga (que estaba involucrada en la misión especial) me dio un empujón  y entonces todo hizo clic en mi cabeza. Me encantó porque fue totalmente sorpresa, de verdad que nunca lo vi venir (tal ves por eso decía en mi cabeza "wao quien será la lucky bastard" y luego me di cuenta que yo era la lucky bastard...). Hubiera ayudado un poco a no insultarme a mi misma que el cartel dijera mi nombre. 

Entonces me di cuenta que ya estamos en la época del año en que los chicos de sexto año empiezan a entrar en pánico porque se acerca la hora del juicio. Ya estamos en la "recta final", "ESTO SE ACABÓ" como decía mi profesora de contabilidad desde el primer día de clases y pensé en mi propio último año de escuela. Cómo todos nos decían que íbamos a extrañarla, que íbamos a querer volver, que todo sería más difícil y triste. ¿Sí? ¿Sí? Pues no. Todo eso es mentira. Fuera de esas rejas, yo me siento mucho mejor. Así es que pensé en hacer una lista de las cosas que no fueron mentira y que me enseñaron en la escuela. Recordando los "maravillosos" años de vida.

1)En la escuela me enseñaron a mentir tan bien que podía salirme de cualquier lío. (A veces es justo y necesario. Gracias escuela.)
2)En la escuela me enseñaron a usar excepcionalmente una calculadora científica. [f(x): 220*arctang72/N82^18/30] :) (Es muy útil porque para pagar mis deudas tengo que sacar cuál es la velocidad de caída de un objeto en Marte con la gravedad que hay en la Luna)
3)En la escuela me enseñaron que empiezas a ver quienes son tus verdaderos amigos cuando hay periodos de estrés y peligro (a.k.a. últimos tres meses de escuela)
4)En la escuela me enseñaron que si voy a una fiesta en fin de semana y salgo en el periódico, no me gradúo ni de chiste.
5)En la escuela me enseñaron que es más importante saber cada uno de los elementos de la tabla periódica y su masa molar y la distancia de enfoque de un cristal cóncavo convexo que leer las letras pequeñas de un papel legal o tener habilidades interpersonales (no ser socially awkward).
6)En la escuela me enseñaron que de verdad se puede dormir en cualquier lugar (y si llevas tu almohada es mejor).
7)En la escuela me enseñaron que los trabajos en grupo son una trampa
8)En la escuela me enseñaron de memoria la raíz cuadrada de PI (lo cuál no tiene sentido porque ya nos enseñaron a usar la calculadora)
9)En la escuela me enseñaron a ser emprendedora: hacer negocios ilícitos y tener éxito. (vender pulseras, cupcakes, chocolate, plumas, post its, tareas, resúmenes, caramelos, lip balm, etc...)
10) En la escuela me enseñaron a perderle todo el respeto a los profesores de música, artística, lógica, filosofía, religión, español, inglés y sobretodo al de educación física. 
11)En la escuela me enseñaron que la enfermera es tu mejor amiga y tu boleto de salida en cualquier momento. (así es que trátala bien)
12)Me enseñaron que cualquier cosa que los profesores dijeran o hicieran no me lo tomara personal. (O sea que los 2.5 esos que usted tiene ahí no son míos)
13)Me enseñó que siempre hay alguien que se cree el papá de todas las materias y le quiere llevar la contraria a los profesores, siempre hay alguien que duerme todo el día y saca mejores notas que tu, siempre hay uno que hace las preguntas que nadie se atreve a hacer y siempre hay uno que es "pana" de todos los profesores. (durante TODA tu vida)
14)La cafetería de la escuela me enseñó a ser determinada y morir de hambre antes que ser la conga que paga esos precios.

Y por útlimo

15)La escuela me enseñó que en quinto y sexto año eres prácticamente inmune a cualquier regaño o castigo porque los consideran caso perdido.

Como leerás, la escuela es un hermoso lugar que te dejará recuerdos tatuados en tu memoria por el resto de tu vida. No importa que pase, dónde estés, quién seas o a dónde llegues a parar 25 años después de graduarte, siempre recordarás la escuela como el lugar que te dio los mejores amigos, las más graciosas experiencias y los cuentos más chistosos. Y te darás cuenta que llegas a entender todo esto cuando estás del otro lado de la calle... cuando estás allá dentro, eso es un infierno.

Espero que te haya sido útil esta lista de cosas que aprendí en la escuela y si te acuerdas de algo que tu hayas aprendido puedes dejarlo de comentario abajo o en la página oficial del blog en Facebook, "Blog Versión Urbana". No te olvides de darle "me gusta" y compartir con tus amigos. Gracias!

Love y'all,

Diana


"We never really grow up, we just pretend to be adults"








1 de octubre de 2014

12. EL GLAM SQUAD

¿Recuerdas cuando nuestra generación (quiero decir la que nació en 1995-1996) iba a "parquear" a Multiplaza? (y cuando digo "parquear" quiero decir que prácticamente vivíamos en ese lugar). Le poníamos tanto esfuerzo y dedicación a rogarle a nuestros padres que nos dejaran ir porque "todo el mundo iba" pero en realidad solo nos interesaba el niño o niña (en ese entonces éramos unos bebés) que nos gustaba. Podíamos verlo NO SOLO en la escuela si no que también después de la escuela, en el cine, en la casa de tus amigos, en los cumpleaños, ferias, matinées (sí, los matinées existían), etc, etc, etc... Y a pesar de todos esos esfuerzos, yo no recuerdo ni la tercera parte de esa época en mi vida.

El viernes pasado estaba con mi hermana en el centro comercial Multiplaza Pacific. Nos tomábamos un batido, tranquilas, hablando de las cosas que teníamos pendientes, de la universidad, del trabajo, comprar esto, llevar aquello, lo usual: estrés, estrés. En eso miré hacia el pasillo y vi un grupo de cuatro niñitas, probablemente de once a trece años, literalmente sacadas de una combinación de La Hermandad del Pantalón Viajero (The sisterhood of the traveling pants) y Pretty Little Liars. Tenían toda la relación de amigas de la primera película y el glamour completo de PLL, como si su make up artist y estilista llegaran a su casa todos los días a las 6 am para maquillarlas, peinarlas y vestirlas como un catálogo de Garage, Brandy Melville, Bershka o Zara de Instagram. Y luego le seguían los niños. ¡Oh Dios mio, esos niños! Solo uno parecía salido de una propaganda de Tommy Hilfiger y los demás eran niños Billabong/hipsters..

El "Glam Squad" pasó al lado de nosotras y no pudimos hacer más que reírnos porque cuando nos comparamos con ellas parecía que anduviéramos en ropa de estar en casa (y no estábamos mal vestidas). Eso me puso a recordar que a esa edad yo también quería vestirme como modelo de catálogo, usar tacones para ir al mall, maquillarme hasta destruirme la cara y lucir como una persona completamente diferente. A los doce años probablemente me importaba más cómo salía a la calle que ahora. ¡Pero esas niñas se pasaron! Ellas se tomaron muy en serio lo que dijo Carrie Broadshaw "Me gusta tener mi dinero donde lo pueda ver: Mi armario". Ya sabemos la magnitud del hábito del ahorro que tienen los niños de ahora.

Después de ver eso tuve que ponerme a escribir sobre esos tiempos tan divertidos en los que estábamos en esa época extraña, toda la ropa (no importa cual) te quedaba anormalmente mal (pero solo a ti porque las demás niñas eran perfectas), el maquillaje era para cubrir tus imperfecciones y tu inseguridad y todos los posibles defectos que pudieras tener que no le gustaban a ese niño que le gustaba a todas. Los tacones eran "altos" pero luego a los quince años descubrías que habían stiletos de 8 a 10 cm y tus pies SÍ podían dolerte más en menos tiempo (pero para ser bella, hay que ver estrellas. Am I right, ladies?). Y todo esto era en mis tiempos, las "mujeres de la noche" (y todo el mundo en general) piensan que las niñas de doce años de ahora usan cosas exageradamente escandalosas y de bajo mundo. Imagínense eso.

Recuerdo cuando me importaba como lucía para ir a comer hamburguesas al Mcdonalds con mis amigos que era mis "BF4E" (best friends forever) que ahora ni se dónde están, o qué hacen o si se murieron o qué. Ahora salgo en pijama a la calle, al super, al mall, al Don Lee, al cine y si puedo, a la universidad también. Mi cara es natural all day, everyday. A veces ni sé donde están mis aretes, pulseras, collares y mucho menos mis zapatos, así es que: pantuflas ¿para qué las quiero? Mi cabello está peinado en una trenza "Katniss Everdeen" en sus "mejores días" (o sea, cuando de verdad le paso un cepillo para dejarlo pseudo-decente) y en sus días regulares solo está en una bola en algún lugar de mi cabeza o suelto e incontrolablemente salvaje. 

 Seguro me gusta maquillarme, vestirme y peinarme pero ahora no es para cubrir la inseguridad, mi acné o rencor hacia mi misma que tenía antes por no ser como las mujeres de las revistas o de la televisión (y eso que veíamos Lizzie Mguire, Kim Possible y Floricienta y los catálogos esos de Félix y Stevens) . Ahora lo hago porque me encanta verme linda, ser diferente, ser femenina, usar colores, resaltar mis ángulos y curvas y todas las cosas buenas que vienen conmigo y con ser mujer. Y eso es lo que de verdad debería importar. No impresionar por las cosas que puedes comprar y ponerte encima como un perchero viviente, si no por lo bien que puedes lucir en tu propia y natural piel. Y si quieres agregarle color, accesorios, telas, cremas y demás ¡bien! porque no estarás opacandote y convirtiéndote en una vitrina de exhibición para las otras mujeres (porque a los hombres no les importa nada de esto), estarás expresándote y diciendo "¡esto me gusta, esta soy yo!".

Tener doce años es para seguir corriendo y enlodandote y jugando fútbol y usando Converse o Crocs. Es para ir al parque con tus amigas, andar en bici, volar cometas, jugar video juegos, jugar Twister, pasear al perro o pasar tiempo haciendo tareas y trabajos y aprendiendo, no comprando online o en el mall todo el día. Sí, vas a necesitar todas esas fun stuff, pero para ocasiones especiales. Si lo haces todos los días de tu vida: 1)te van a salir arrugas antes de tiempo. 2)¿Dónde dejas el elemento sorpresa? ¿La transformación de ratón de laboratorio a hermosa princesa y el "Wow" de tu chico especial?  Es más divertido si lo conviertes en algo que vale la pena esperar y que todos digan "ohhhhhh".

Por último quiero decir que cada mujer y niña es hermosa, con o sin maquillaje o ropa y accesorios extravagantes y que con el tiempo aprenderás que es más importante que tú te quieras como eres a que los otros te aprueben de acuerdo a los estándares de la sociedad. Yo no soy perfecta, tú no eres perfecta, nadie es perfecto. De eso se trata la vida. Si todos fuéramos iguales, no sería emocionante. 

Love y'all beautiful people,

Diana




"Para ser irreemplazable, uno debe buscar siempre ser diferente" 

"La belleza comienza con la decisión de ser uno mismo"

"No es la apariencia, es la esencia. No es el dinero, es la educación. No es la ropa, es la clase."

Coco Chanel