Puede que conozcamos a alguien y pensemos que no tenemos
nada en común con esa persona, pero hay algo que vive dentro de cada ser en este planeta y eso es el miedo. Todos tenemos eso en común.
El miedo nace con nosotros. Cuando
vimos sombras en el hospital y no sabíamos qué estaba sucediendo. Tuvimos miedo
cuando vimos esa película de terror a la media noche y luego pensábamos que
había algo debajo de la cama. Teníamos miedo de caernos y lastimarnos cuando
aprendimos a montar bicicleta. Tuvimos miedo cuando corríamos por la casa y
rompimos el florero favorito de mamá.
El primer día de clases (todos los años de tu vida). El miedo a
hablar en público. El miedo que sentías cuando perdías de vista a tu mamá en la tienda por departamentos. El miedo a
manejar y chocarte. A no graduarte. El miedo el día antes de tu boda. En tu primer trabajo. El
miedo en tu primer parto (y todos los siguientes). A ser un buen padre (porque no tienes idea de lo que estás haciendo). El miedo a no haber hecho
todo lo que querías hacer antes de morir. A no
saber qué hay después. El miedo a enamorarte una vez más.
Y todo parece muy triste y feo desde esa perspectiva. Pero
el miedo está bien. Piénsalo como tu mejor amigo y tu peor enemigo. Es lo que nos mantiene vivos la mayoría del tiempo.
Sin miedo, quién sabe de qué puente nos estaríamos tirando solo para saber si
de verdad somos mortales. Sin miedo, trataríamos de defendernos cuando nos
asaltan y el ladrón no tendría miedo de
jalar el gatillo o enterrar el cuchillo. Sin miedo, no estarías alerta, no pisarías el freno justo a tiempo y no estarías aquí leyendo esto.
Sin miedo no seríamos nada. La vida no tendría sentido, andaríamos por ahí solo existiendo. ¿Cómo sabríamos qué es peligroso y qué no? ¿Dónde quedaría la adrenalina? ¿El sentirse invencibles? ¿El amor? ¿La felicidad? Sin miedo probablemente saldríamos a ver qué es ese ruido en la
cocina (un asesino en serie). Como dice el Doctor de Doctor Who “El miedo es un súper poder”.
No deberíamos estar avergonzados o tener miedo de demostrar
que tenemos miedo. Tu tienes miedo, él está aterrorizado y yo estuve en un constante estado de pánico por más de un año. En algún momento entendí que no hay forma de dejar de tener miedo, solo aprender a vivir con él. Todos somos iguales y tenemos los mismos
sentimientos. Todos tenemos nuestras propias razones para tener miedo. Alguien puede temerle a los cigarrillos porque su tía murió de cáncer de pulmón. Tú puedes ser acrofóbico porque simplemente sabes que si te caes te mueres. Yo puedo ser claustrofóbica porque me quedé atrapada en un elevador cuando era pequeña. El miedo es la misma cosa para
todos, solo que en diferentes escalas. No hay medicina, ni inyecciones para eliminarlo. Lo único que puedes hacer es entenderlo, aceptarlo y controlarlo, porque si no él te va a controlar a ti.
Entonces, no tengas miedo de decir lo que piensas, hacer lo
que quieres, demostrar tus sentimientos, defender tus creencias o ver programas
de televisión que no muchos de tus amigos comprenden y hablar de ellos hasta que te duela la cabeza (yo... Doctor Who…). Si alguien te critica o te
molesta solo por ser tú mismo/misma significa que ellos tienen mucho más miedo
que tú a mostrarse al mundo como de verdad son y les da rencor saber que tu
tuviste el coraje de hacerlo y salir sin un solo rasguño. Y la vida es muy corta para dejarse llevar por el miedo más común y tonto de todos los miedos: "el qué dirán".
Así que no tengas miedo de tener miedo. Conócelo, conquístalo y contrólalo. Nada se crea ni se destruye, solo se transforma (en lo que tú quieras, incluso poder).
Love y'all
Diana
"...A veces es terrorífico, a veces es hermoso. Y yo quiero los dos, gracias" -Anónimo
2 comentarios:
Wow! Genial. Me encantó. Una descripción muy real de una de las fuerzas más poderosas que dicta muchas de nuestras acciones como humanos.
Gracias por tu comentario! así es y por eso no hay que dejar controlarse por eso.
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